La ciudad de la Meca

Tratamos en una crónica anterior la ciudad y los perros, pero no la obra de Vargas Llosa, esta vez hablaremos sobre la ciudad de La Meca, pero no precisamente, la ciudad Santa de los musulmanes donde nación su profeta Mahoma y que por lo menos una vez en su vida deben llegar a esta ciudad declarada único lugar sagrado de la tierra, cuya tradición dice que los patriarcas Abraham e Ismael construyeron el santuario sobre los primeros cimientos puestos por Adán, edificación cuadrada sin ventanas (La Kaaba) que tiene en su esquina sur la piedra negra que supuestamente fue entregada por el Arcángel Gabriel al patriarca Abraham y que los musulmanes deben besar con gran reverencia para poder entrar en el cielo, no señor, no hablaremos de esta ciudad de La Meca, sino la que tenemos en esta ciudad, la que como dijo el columnista Paulovich proviene del efecto de la digestión de los perros de la ciudad, La Meca tarijeña que nos ofrece durante todo el día la más grande variedad de desechos orgánicos de la digestión perruna en este caso.
El sábado pasado salía muy temprano (a las 06:00) para cumplir con el trote de fin de semana acompañado de Abner (uno de mis hijos), la noche no se había ido todavía pero el canto de los pajarillos anunciaba el amanecer, contrariamente mi zapatilla pisó algo blando, pastoso y mal oliente, justo en la puerta de la casa donde vivo (no es la mía), algún perro de muy buen tamaño dejo sus residuos de una copiosa comida que desde luego no estaba en muy buen estado, empecé un recuento de las veces que me ocurrió el “accidente” y las cifras se fueron de la mente, y a partir de ese momento empecé a vigilar cuanta mascota era echada de su casa por sus propietarios para hacer sus “necesidades” en las calles de la ciudad de “La Meca”.
Recopilo las quejas de personas mayores que son las que uno encuentra por las calles a esa hora de la mañana y muy amables te saludan con un “Buen día de Dios Señor…”, indistintamente se trate de una persona de alto rango como un sencillo campesino que desembarca sus productos en el centro de abasto más grande de la ciudad (el mercado Campesino).
Doña Braulia llega desde Calamuchita y trae cajas con en el fruto de Dios la uva del Valle, “claro que tengo perros en la casa tengo 4 son el Sultán el Licenciado, el Rambo y una perrita que se llama Chispa una chapicita sentidora… mire los perros saben donde tiene que hacer caca, yo no les tengo que enseñar, de eso se encargan los perros más viejos que los llevan del copete para que hagan sus necesidades, nunca han ensuciado la casa ni los sembradíos, a parte tenemos una parte baldía donde los perros hacen sus necesidades y los peones entierran esos restos cada fin de semana, los perros son muy útiles para cuidar las uvas de los ladrones y de los pájaros”.
Fernando Verdugo acaba de soltar dos perritos parecidos a corderitos son de raza caniche y me dice que son muy educados y temprano rascan la puerta para salir a la calle a hacer sus necesidades, por que vive en una casa alquilada donde todo el patio esta cementado y no existe un espacio de tierra para que puedan ensuciar, “me costaron mucho son $us. 200 que pague por cada uno, así que tengo que cuidarlos mucho, cada 3 meses tienen que ir a la peluquería para que se les trate el pelo. Que tienen que ensuciar, tienen que hacerlo, porque son seres vivos y como nosotros tienen procesos biológicos que se deben atender, claro la ciudad se ensucia pero en mi caso, levanto los residuos que dejan mis perros por conservar el medio ambiente sano y limpio”.
Marisela Maluenda salió a trotar con dos perros dálmata de gran tamaño y justamente los mejores amigos del hombre tuvieron ganas de satisfacer sus procesos biológicos y los dos al mismo tiempo en un movimiento sincronizado se sentaron a la orilla de la vereda y depositaron una gran cantidad de excremento, casi avergonzada Marisela dice que sale todos los días con los perros para permitirles no ensuciar la casa (pero si, ensuciar el jardín de la avenida) ya que al ser muy grandes comen bastante también y sus residuos de la misma manera son abundantes, “no tienen un lugar especifico, la casa es muy pequeña y no hay espacios de tierra así que debo sacarlos con sus correas para después volverlos a traer a la casa, no creo que provoquen ningún efecto con esta acción”.
CANCER
Roberto es comunicador y conversamos sobre la ciudad de La Meca, ésta desde luego. “Si visitas internet, sabrás que la caca de perro una vez seca en las veredas y las calles asfaltadas se convierte en polvillo, el que es levantado por el caminar de los peatones y de manera más notoria por las movilidades que transitan los lugares donde los perros la depositan,… bueno en toda la ciudad, porque toda la ciudad es un gran baño de perros, pisas caca por donde quiera que vayas, en el centro de la ciudad donde no deberíamos ver estas inmundicias, pisamos en una cuadra hasta dos o tres excrementos diarios, ahora nada es que se levante polvillo de caca de perro, sino que nosotros lo aspiramos porque transitamos la ciudad y este polvillo penetra los pulmones con mayor rapidez que el alquitrán de los cigarrillos, y se deposita en los alveolos, provocando procesos cancerígenos que según las informaciones de internet, son en porcentajes mayores actualmente, que los resultados de los fumadores, o sea que sin darte cuenta, sin ser fumador y sin tener vicios puedes tranquilamente morirte de cáncer de pulmón o de garganta tan solo por aspirar polvo de caca de los perros de esta ciudad de la Meca”.
Otra realidad que no la vislumbramos los concejales municipales se llenaron la boca de un proyecto de ordenanza de tenencia de mascotas en la ciudad, me imagino que no una, sino varias veces el alcalde de la ciudad también pisó caca de perro, lo mismo que los ilustres concejales, me pregunto por qué no se pudo hacer realidad esta ordenanza hasta la fecha. El Ministerio de Salud ha declarado al departamento de Tarija como zona roja en cuanto a la presencia de rabia canina y humana por la gran cantidad de casos presentados, pero se olvidó de los resultados que puede traer la aspiración del polvo de excremento canino por las personas de esta ciudad, que sin tener que acudir a la mezquita de Al Haram, podemos decir que están sobreviviendo por la gracia de Dios en una ciudad de La Meca, pero la meca de perro.
SALIDA
Una urgente salida para este caso podría ser volver a la institución de patentes para las mascotas de la ciudad, con la entrega de una plaqueta para colocarla en el cuello y controlar por medio de la creación de una unidad de perrera municipal. Si no alcanzan los recursos, licitar la misma para que alguna empresa privada pueda hacerse cargo de este control, con toda potestad para recluir a los canes vagabundos a los cuales se les daría el destino correspondiente, seleccionado por la empresa que se adjudique la licitación, siempre hay salidas para problemas mayores y también menores.



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