El magistrado del Tribunal Constitucional Gualberto Cusi en su informe ante la comisión de Justicia Plural de la Cámara de Diputados respecto del uso de la hoja de coca en los procedimientos y fallos judiciales, ratificó ante los legisladores que la lectura de la hoja le ayuda a decidir las sentencias judiciales, “Porque es un libro de conocimientos, como la red internet”.
Durante su intervención ante la comisión legislativa, Cusi leyó la Constitución Política del Estado para afirmar que sus declaraciones sobre la lectura de la hoja de coca y los fallos constitucionales son parte de la libertad de expresión.
“Yo me auto identifico como indígena originario campesino, específicamente como aymara. Eso significa que soy parte de una cultura. En mis penas, en mis pensamientos está la cultura ancestral y milenaria. Entonces, siendo parte de una cultura, tengo derecho a expresar mi conocimiento”.
Cusi mantuvo su posición y aseguró que no “Cualquier Gil” puede leer la hoja de coca. El magistrado dijo que hay personas que tienen “Dones Especiales”. Citó a las personas que sufren accidentes por un rayo y otros iluminados.
Aseveraciones de un magistrado del Tribunal Constitucional del Estado Plurinacional de Bolivia, que tuvieron repercusión en medios internacionales de comunicación, los mismos que generaron un inusitado movimiento en las redes sociales con opiniones diversas, pero más allá de toda esta pantomima, se debe considerar el ejercicio del derecho y dejar de lado las practicas ancestrales en decisiones que son de suma delicadeza para las 36 naciones que conforman este Estado.
Amén de aquello, el magistrado Cusi que consulta la hoja de coca para sus veredictos, se contradice cuando afirma que «Como hijo del Ande conozco estas prácticas. No puedo (hacer el ritual), soy de profesión abogado, no soy curaca, no soy sacerdote para hacer ritos, cuando hablamos del ritual lo que se pretendía es acusarme de brujo».
Primeramente afirma que consulta la hoja de coca, después dice que no tiene la capacidad ni la iluminación necesaria para hacerlo y sin embargo la practica.
Entonces el proceso de cambio se ve afectado, porque si se diera lugar a un magistrado por cada una de las 36 naciones, nunca llegarían al entendimiento, los matacos por ejemplo, seguro consultan las espinas de pescado para conocer el rumbo que deben tomar en sus fallos legales, los Chichas consultarán la borra de chicha y sus filigranas para el mismo fin, los Chimanes seguro se guían por el humo de la pipa que fuman y así en esta diversidad de expresar sus culturas, tendríamos una miscelánea muy cercana a un rollo de serpentina que solamente se usa en Carnaval.
El ejercicio profesional en el tribunal Constitucional, debe ser el lenguaje que usan todos sus miembros, sin pecar en la discriminación y racismo, si el magistrado Cusi es abogado de profesión, debe practicarlo en el ejercicio de su honorable cargo.
La práctica de leer la coca, debe quedar como él mismo lo dijo para las decisiones sacerdotales en el ámbito de sus rituales ancestrales, pero no, para definir los destinos de un Estado Plurinacional de más de 10 millones de habitantes.
Debe primar la cordura y el buen entendimiento en este ámbito, me pregunto… ¿Qué dirán los jurisconsultos tarijeños sobre estas declaraciones?, desde luego que quedan sin comentarios, tendrá que llegar algún magistrado Cusi a la Corte Superior de Distrito de Tarija, para que se manifiesten sobre el tema…
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