El enjuague bucal es una solución que suele usarse para mantener la higiene bucal, después del cepillado de dientes, para eliminar las bacterias y microorganismos causantes de caries y eliminar el mal aliento.
Los enjuagues bucales, técnicamente llamados colutorios, son una herramienta complementaria, pero no esencial, de la higiene bucodental diaria.
Los enjuagues bucales refrescan el aliento de manera temporal. Algunos, por ejemplo, ayudan a combatir las bacterias y a mejorar el mal aliento, ayudan a prevenir la formación de la placa en encías y en espacios interdentarios y ayudan a prevenir la gingivitis.
Reconocer los diferentes tipos de enjuagues bucales que existen en el mercado nos ayudará a elegir el correcto para nuestra higiene. Los enjuagues que contienen alcohol tienen un resultado más efectivo, puesto que esta sustancia le aporta la función antiséptica y también permite que estos se conserven por mucho más tiempo. Enjuagarse la boca con alcohol puede suele ser una experiencia dolorosa debido a que la sustancia es muy fuerte y, además, provocan sequedad bucal. Es por eso que no es un enjuague recomendado para los más pequeños y para personas con una boca en general más sensible.
Para los niños que tenemos en casa es mejor adquirir un enjuague sin alcohol. Así será una experiencia más placentera y agradable. No hay que preocuparse por nada, ya que, aunque de manera menos efectiva, los enjuagues sin alcohol cumplen a la perfección con la función de limpiar la boca de bacterias, gérmenes y prevenir las caries.
Existen varios tipos de Enjuagues Bucales:
Anticaries: su composición, a base de flúor, permite evitar la desmineralización del esmalte y evita la caries.
Antigingivitis: con agentes antisépticos que controlan las diferentes bacterias que producen la gingivitis.
Para la sensibilidad dental: estos colutorios actúan taponando los túbulos, dejando de transmitir la sensibilidad dental.
Para combatir el mal aliento: ayudan a combatir las bacterias que producen el mal aliento.
Con toda esta gama de ayuda, sería imperdonable que el mal aliento nos juege una mala pasada
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