La democracia es sin duda alguna, el mejor sistema político de gobierno de los pueblos.
Es un sistema que tiene aproximadamente dos mil quinientos años y que se ha ido consolidando con el paso de los años.
En la actualidad, en el mundo existen solo unas cuantas docenas de países que no son democráticos por diferentes motivos, entre los más importantes porque no han podido separar la política de la religión, como es el caso de los países donde la religión es la Islámica o donde los países han pasado directo de un sistema feudal a una dictadura totalitaria, tal es el caso de los países socialistas.
En el primer grupo podemos citar a países como Irán, Arabia Saudita, Omán, Siria, etc.
En el segundo caso están países como Corea del Norte, China, Rusia, Venezuela, etc.
Debemos agregar que excepto Venezuela, ninguno de esos países ha tenido la experiencia de vivir en democracia, pues han pasado de sistemas políticos feudales, directamente a dictaduras modernas.
En lo que respecta a uno de los principales elementos de la democracia como es la elección de las personas que son elegidas para dirigir un país por un determinado periodo de tiempo, cada país tiene sus características propias. Así por ejemplo en los Estados Unidos, el candidato que gana en un estado, se lleva todos los votos de ese estado, desconociendo por completo el porcentaje de los electores que no votaron por ese candidato en ese estado.
En nuestro país, el sistema de elección fue deformado en el gobierno de Morales, quitándole proporcionalidad al principio de “un habitante, un voto” por que se atribuyó un mayor valor al voto de los “indígenas” donde una menor cantidad de individuos eligen a una mayor cantidad de candidatos que finalmente hacen las leyes del país.
Así que si usted creía que su voto tiene el mismo valor que el de un “indígena”, está completamente equivocado. Es a esto a lo que se referían algunos líderes de opinión, para pedir el cambio de este aspecto, pero que finalmente no se lo pudo hacer para esta elección.
En este punto es necesario agregar que los bolivianos, en una elección nacional, elegimos a un presidente, 4 senadores por departamento y a una cantidad de diputados de acuerdo a la población de cada departamento.
No obstante, en la papeleta electoral que entregan cuando votamos, solo están los candidatos a Presidente en la parte de arriba y el candidato a diputado uninominal por la circunscripción donde vivimos.
Entonces cuando marcamos nuestro voto por alguno de los candidatos en la parte de arriba, estamos eligiendo al Presidente, a cuatro senadores por departamento y a una cantidad de diputados “plurinominales”, en el caso de Tarija, cuatro diputados.
Cuando marcamos a nuestro candidato en la parte de abajo, elegimos a un diputado uninominal por la circunscripción donde vivimos.
Además, durante el gobierno de Morales, se estableció la elección de un diputado “especial” que también va “colgado” de su candidato a presidente, aunque no en todos los departamentos, pero si en el caso de Tarija.
Esta disposición se la ha efectuado para que en el Parlamento haya una representación por departamento de carácter territorial (senadores) y poblacional (diputados), además de que los diputados plurinominales, sean una especie de apoyo al Presidente y los uninominales sean lo que exprese la voluntad del elector, pudiendo no ser afín al Presidente.
Ultimamente se han levantado voces para que todos los candidatos sean de carácter uninominal, es decir que se elijan aparte de la “plancha” del Presidente, pero esto es por ahora, solo una petición.
Con todos estos aspectos en el cálculo, sobreviene otro aspecto que es totalmente legal y pertinente que es el valor (o la falta de valor) que usted mismo le da a su voto.
Dentro de las alternativas a las que podemos dar nuestro voto están las de votar en blanco, nulo. En este caso obviamente usted está mostrando disconformidad con todos los candidatos y con la elección misma, sin embargo, su abstención en la votación, no es que no favorece a nadie, sino que favorece a los que obtienen más votos, de forma proporcional, puesto que si de 100 votos, el candidato A obtiene 50 votos, el candidato B obtiene 40 votos y los blancos y nulos suman 10, entonces, no es que el candidato A tiene el 50% de los votos y el candidato B tiene el 40% de la votación, sino que a estos se suma el porcentaje de los votos blancos y nulos en forma proporcional y los candidatos terminan teniendo, 55% y 44% respectivamente.
A estas alturas, tendremos que coincidir que se hace bastante complicado votar.
Con la elección de presidente no es mucho problema. Se contabilizan todos los votos del país y del extranjero y el que más votos reúne es presidente, siempre y cuando alcance el 40% de los votos válidos (no los blancos o nulos) y tenga una diferencia de por lo menos el 10% con segundo.
Si no alcanza esta votación, entonces se va al balotaje, es decir a una segunda elección entre los dos más votados.
En la elección de los diputados uninominales, gana el que reúne mayor cantidad de votos en cada circunscripción.
También podría ocurrir que el candidato a presidente por el que ha votado salga elegido, pero el candidato a diputado uninominal no lo hubiera hecho, en este caso, su voto por el diputado tiene valor cero. Esto también puede ocurrir al revés.
Por este motivo ocurren los fenómenos “locales” donde en un departamento, un partido pueda concentrar una gran cantidad de diputados y senadores, aunque su candidato a presidente no obtenga los votos para ser presidente, como es el caso de Santa Cruz en esta elección.
Para determinar las proyecciones de la situación en cada departamento, no existe otra cosa que basarse en las encuestas de que hacen las organizaciones independientes.
Según la última encuesta de la organización independiente tu “Tu voto Cuenta”, en Tarija, Comunidad Ciudadana (CC), obtiene el 40,8% de los votos contra el 23,5% de el MAS y el 10,% de CREEMOS, lo que resultaría en 6 diputados para CC, 2 para el MAS y 1 para CREEMOS, si el voto del ciudadano tarijeño no vota “cruzado” es decir, para un candidato de un partido arriba y para un candidato de otro partido en la parte de abajo.
En cambio, el voto “cruzado” podría favorecer a CC, llevando a Carlos Mesa a la presidencia y conformar una bancada “fuerte” para CREEMOS, obviamente considerando una proyección para electores que no quieran que el MAS retorne al poder.
En suma, para esta elección, es más propicio que nunca, el voto “cruzado”, puesto que votando por CC se evita que el MAS retorne al poder y se obtenga una bancada “fuerte” de CREEMOS en el Parlamento, que conduzca al país, en la dirección correcta.
* Javier Vega, es Presidente de la Asociación de Periodistas de Tarija
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