El único líquido que sale de éste surtidor es el vino, pues su propietario Pedro Jesús Romero decidió innovar en un nuevo atractivo turístico para atraer a propios y extranjeros. Mas de uno se sorprende al ver cómo ese artefacto, a través de una manguera especial, expide el producto estrella en Tarija hecho en base al cultivo ecológico de uva.
Romero, es un jubilado en el área de Contabilidad, quien quiso dedicarse de tiempo completo a su centro de recreación denominada “Valle D´Vino”, un espacio que cuenta con una serie de espacios alternativos, con el único objetivo de darle al visitante una experiencia diferente.
Recorrido
Con una sonrisa en el rostro y siempre con la amabilidad que lo caracteriza, don Jesús acompaña a sus visitantes al recorrido ceremonial de casi todos los días. Son las 9 de la mañana del domingo y los visitantes llegan poco a poco, jóvenes, adultos e incluso niños. El grupo se hace numeroso y empieza el circuito turístico.
El primero lugar al que se ingresa es el museo denominado Río Camacho, en honor al principal cause de agua de la provincia Uriondo. Allí, el sin número de elementos antiguos dejan boquiabiertos a los visitantes. Máquinas de escribir, calculadoras, computadoras, teléfonos, radios, cuadros, balanzas, restos fósiles, cueros, rifles, pistolas, machetes y todo tipo de artesanía. “Es un encuentro con el pasado en un museo que se divide en cinco partes, etnografía, antología, paleontología, naturaleza y vinos”, dice Romero.
Posteriormente se pasa al “Túnel del Amor”, 40 metros de total oscuridad, donde la gente se encuentra con sus miedos o se permite un momento de reflexión. Allí no se aceptan celulares y el espacio es reducido, justo para que circule una persona, aunque hay zonas donde las paredes se tornan más cerradas.
Don Jesús recomienda a la gente, antes de entrar al túnel, “echar los miedos afuera y dejar entrar el amor”.
Las expresiones de los visitantes al salir son diferentes, algunos ríen, otros se tornan serios y otros asustados. Sin embargo, el circuito continuo, ya que es el momento de conocer el “Reloj de Sol”, un artefacto hecho a mano y que pretende dar la hora exacta, según transcurren las horas día.
Don Jesús pide a los turistas que levanten una piedra, pues será el objeto donde depositarán uno de sus más grandes deseos, y con la energía del grupo se intentará hacer que éste se cumpla. La piedra se la deposita en una especie de estructura de piedras denominada “La Apacheta”.
En el transcurso del camino se observan frases, imágenes, murales y principalmente monumentos de duendes, esos seres mitológicos que tienen mucha historia en El Valle de la Concepción. La quinta parada es en la bodega de vinos, donde se encuentra una serie de toneles de vino, listos para ser embasados. “Lo artesanal y ecológico” es el mayor orgullo de don Jesús.
El Surtidor
Finalmente se llega al principal atractivo turístico de Valle D´Vino, el Surtidor de Vino, en ese “pequeño espacio mágico”, Romero amablemente turna a los turistas para que sean ellos mismos quienes recarguen sus copas. La experiencia es calificada por las personas como “impresionante”.
“Es un manantial donde en lugar de agua, sale vino, eso es lo importante”, dice el propietario del complejo turístico. Asimismo, agrega que el vino es una bebida especial, toda vez que fue elaborado en base a un cultivo de uva ecológica. Esa bebida artesanal se la promociona como un producto que es alimento y ayuda a la salud.
El surtidor lleva la siguiente frase: “el vino es vida, y la vida es presente ¡compártelo con la gente!”.
En el trayecto, Romero, con la simpatía que lo caracteriza, relata una serie de cuentos, chistes y coplas para que los extranjeros conozcan la cultura tarijeña y los bolivianos se diviertan con la picardía y el acento “cantadito” de los chapacos.
El terreno donde está Valle D´Vino (ubicado a una cuadra de la plaza Principal del Valle de la Concepción), data del año 1997, sin embargo, el complejo turístico como tal fue implementado desde el 2005.
En ocasiones especiales se realiza la “ceremonia del vino por metros”, donde los visitantes miden la cantidad de líquido que van a consumir. A su vez se realizan las competencias vínicas, pues hay un vinódromo para disfrutar, al igual que el patio turístico, y entre otra de las actividades está el “Combite de los Duendes”.
el Andaluz/ Edición Impresa
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