Uno de los mayores placeres de la vida, es viajar conociendo el mundo.
Sin embargo, este placer no es de los más baratos. Todo lo contrario, un viaje largo puede terminar con aquellos ahorros que nos han costado media vida conseguirlos.
Pero mirando este asunto desde un punto más optimista, una solución plausible es viajar como mochilero, la forma más barata de realizar un viaje.
Esta forma de viajar, que nació en la década del 70 del siglo pasado, por razones obvias, se ha convertido en la forma más popular de hacer turismo hoy en día.
Las estadísticas señalan que entre 2000 y 2010, el turismo mochilero creció de tal forma que ya representa el 20 % del turismo global.
De acuerdo con la Organización Mundial de Turismo, en el 2000 se registraron 136 millones de viajes y en el 2010 esta cifra se incrementó hasta los 187 millones.
Para 2020, según las proyecciones de la OMT, habrá cerca de 300 millones de viajes de turistas mochileros.
Una característica inequívoca de esta tipo de turismo, es que está compuesto eminentemente por gente joven, entre los 18 y 33 años con una prevalencia del sexo masculino por obre el femenino.
Hoy por hoy, esta manera de viajar se ha convertido en una forma de vida permanente que sus protagonistas la han complementado con actividades artesanales para poder ganar el dinero suficiente para cubrir gastos de alimentación y traslado hasta el siguiente lugar de visita.
Con solo una mochila a la espalda, se puede “estirar” el dinero para un mayor periplo e incluso obtener una vivencia mucho más auténtica que pernoctar en lujosos hoteles y lugares adecuados para turistas millonarios, puesto que al elegir las mismas opciones de la gente más pobre de los lugares que se visita, las experiencias son mucho más intensas que las obtenidas en un viaje donde todo es planificado desde el mismo punto de vista del viajero, sin dejar lugar para todas vivencias que a diario viven los habitantes de los lugares que se visita.
Ni que decir de la comodidad que brinda el tener el equipaje con uno mismo, independientemente de donde se vaya y no tener que estar preocupado de que en cada estación donde se pernocta, el equipaje tenga que ser empacado y desempacado.
Este equipaje para viajar como mochilero, a lo sumo contemplará un par de mudas de ropa que deberán ser lo más sencillas posible para incluso poder lavarlas a mano en caso de que los hoteles o alojamientos a los que se llegue, no tengan una máquina para lavar ropa.
Y que mejor si este equipaje, son camisetas NBA baratas, puesto que además de ser cómodas, nos recuerdan a nuestro equipo favorito de la mayor liga de basquetbol del mundo.
Esta conjunción de turismo y deporte al mismo tiempo, logrará un placer más íntegro para nuestros sentidos puesto que especialmente entre la juventud, al equipo favorito se lo lleva siempre en el corazón, en los tatuajes y en las camisetas.
Como vemos, estos consejos posibilitan viajar cómodamente y lograr que nuestro dinero se utilice de la manera más eficiente posible.
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