Los “trabajadores” gremiales realizaron una movilización sin precedentes en pasados días, exigiendo que la Asamblea Legislativa Departamental, apruebe un instrumento legal, para que este sector, numeroso por cierto, pueda tener la oportunidad de acceder a un fondo fiduciario (algo así como un banco que no es banco), donde se prestarían alrededor de Bs. 4.000 a 6.000, sin tener que pagar intereses de los montos consignados, se devolverían los capitales solamente en el tiempo estipulado. La Gobernación del departamento ha señalado que no se puede acceder a esta petición. Los gremiales amenazaron con cercar y paralizar el departamento si rechazaban esta exigencia. Pasó el tiempo y todo quedó como en un principio.
Pero este caso se debe analizar con pinzas, puesto que era el inicio de una cadena que no iba a poder cortarse con la secuencia de todas las instituciones que alistaban sus propias marchas y movilizaciones para tener parte de la torta que deben compartir todos los tarijeños.
La organización de los gremiales tiene la denominación de Confederación de Trabajadores Gremiales de Bolivia cuando se habla a nivel nacional, son parte de la Central Obrera Boliviana (COB) y lo mismo sucede a nivel departamental y regional. La organización tiene una estructura y régimen sindical envidiable por su consecuencia y rigidez en la participación, pero la denominación de “trabajadores”, según la concepción que tiene la Central Obrera Boliviana, no se acerca a este concepto y aleja al sector de su permanencia en esta institución.
Si estaría alejada, seguramente deja de tener la denominación de “trabajadores”, ya que para ser trabajador según la central Obrera Boliviana debe tener dependencia obrero – patronal, claro que son conceptos pasados, porque todo cambia y todo evoluciona.
Lo cierto es que la intención de los Gremiales, abrió la oportunidad a taxistas, micreros, peluqueros, soldadores, periodistas, canillitas, lustrabotas, trabajadoras sexuales, comunidad gay, asociación de galleros de la ciudad, federación de desempleados del mercado central, asociación de futbol de Tarija, niños lustra calzados, mujeres abandonadas, en fin, hasta los residentes universitarios de diferentes provincias hubiesen tenido el mismo derecho de exigir algo que también por justo nos corresponde.
Lo cierto es que en este embrollo lo que se debe hacer es que el gobierno departamental, pueda implementar planes de desarrollo productivo, empresarial y de consumo, para que puedan tener la oportunidad de recibir parte de las regalías que le corresponde a cada uno de los tarijeños, de los que no lo son y han hecho de esta tierra su tierra.
Esperamos que el gobierno departamental esté obrando con sabiduría y equidad, los favores políticos se deben dejar para suplirlos con dineros propios de políticos que ingresaran en campaña cuando les toque buscar su reelección o su elección. Mientras tanto Tarija debe apuntar a un desarrollo armónico e integral, en el que todos los ciudadanos de esta tierra puedan beneficiarse con recursos que Dios ha legado a esta tierra, por amor a su propio nombre.